Reseña: The Spirit #18

Título: The Curse of the Mummies.

Guión: Sergio Aragonés & Mark Evanier.
Dibujante: Paul Smith.
Entintador: Walden Wong
Colorista: Lee Loughridge.
Rotulista: Rob Leigh.
Editores: Joey Cavalieri & Stephanie Buscema (asistente).
Portada: Paul Smith & Lee Loughridge.

Publicado el Miércoles 18 de Junio por DC Comics.

The Spirit simplemento no ha sido el mismo desde que Darwyn Cooke dejó la serie, puede que esté hablando el fanboy interior, pero creo que Cooke hoy es uno de los autores más talentosos trabajando en el medio estadounidense y hacerle sombra es bastante, bastante difícil.

No le di oportunidades al nuevo equipo creativo, ni siquiera esperé a que se hiciera el anuncio de quiénes serían los encargados antes de dejar de comprar la serie, sin embargo no creo haberme equivocado porque el trabajo de Sergio Aragonés (con Mark Evanier), guarda muy poca similitud con el comic que hizo Cooke. Esto no es raro, Cooke y Aragonés son dos personas distintas no tienen por qué hacer lo mismo, pero hay un poco más que eso en mi desagrado.

La Trama: Spirit es contactado por el Comisionado Dolan, para que supervise el estado de un grupo de momias que serán transportadas desde El Cairo a Central City (la ciudad de Spirit, no la de Flash), luego de una discusión con Ellen (bastante ridícula, por cierto), Spirit viaja en medio de bromas me dieron la sensación de que trataban de emparentar a Spirit con el ciudadano común y los innumerables malos ratos que pasa hoy en los aeropuertos en nombre de la Seguridad Nacional, y descubre que las momias han sido robadas del museo. El misterio se acrecienta cuando sin previo aviso las momias retornan y nos enteramos de la participación de cierto oscuro personaje.

El Guión: No sé por dónde empezar, la trama no tiene ni pies ni cabeza. Por un lado la representación de los personajes suena falsa en varias ocasiones, con un Dolan que actúa como amigo de Spirit en vez de su tradicional rol de mentor/jefe, Ellen actúa como un cliché ambulante de mujer caprichosa, Spirit parece un descerebrado y los villanos rozan el nivel de caracterización de un enemigo de los Power Rangers.
En segundo término la estructura es ridícula, Spirit es un vigilante no un policía, no puede viajar en misión especial encomendada por la agencia de Aduanas, menos aún pasar en su identidad de Spirit un control rutinario en un Aeropuerto. En fin... si todo eso no los saca de la historia, seguramente lo hará el que en numerosas ocasiones el personaje se detenga a hacer bromas, me explico. En vez de tener una secuencia con algún comentario que cause gracia, tenemos una secuencia sin mayor importancia, donde al final Spirit hace alguna observación fuera de lugar de la que uno debiera reirse.... el chiste de la página final es sembrado al principio de la historia y uno lo ve venir durante toda la revista, que además se hace larguísima.

Dibujo: El dibujo de Paul Smith es adecuado al tono de la historia aunque a ratos exagera el histrionismo de los personajes. Se nota el esfuerzo por imitar algunos rasgos característicos del dibujo de Eisner, como los ojos grandes de los personajes, pero en varias ocasiones las miradas tienen un tono sicótico o simplemente extraño, que lógicamente no era el que el dibujante intentaba darles. A ratos su trabajo se parece al de Chris Sprouse y en otros al de Eisner, creo que habría preferido algo más parecido al clásico dibujo de Paul Smith como lo he vito en los X-Men o en el Elseworlds de la Golden Age que hizo junto a James Robinson.

En suma: Esta serie, al menos en éste número en particular, ha caido muy por debajo del excelentísimo nivel que venía exhibiendo en las manos de Darwyn Cooke y su enfoque de modernización de los mitos de Spirit, manteniendo un respeto hacia le material de Eisner. Este cómic es poco más que una anécdota y no le hace falta a nadie en su biblioteca, tristemente no aporta nada ni a la historia del personaje, ni a la carrera de Aragonés y ciertamente palidece en comparación a un gran trabajo del mismo autor, como lo es Groo.

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