Reseña: Detective Comics #13
por Andrés Pastén
Escrito por: John Layman
Arte de: Jason Fabok
Coloreado por: Jeromy Cox
Rotulista: Jared K. Fletcher
Portada de: Jason Fabok y Jeromy Cox
Editores: Mike Marts y Harvey Richards (Asistente).
Editorial: DC Comics.
Fecha de Publicación: 3 de Octubre de 2012.
Como un eterno enamorado, vuelvo cada cierto tiempo a leer algún titulo del otrora detective, Batman. Aprovechando que este número no estaba para nada vinculado a la pelea de búhos y murciélagos que me pareció sobrevalorada, decidí darle una nueva oportunidad al personaje. No he leído nada de lo que hizo el delfín de Morrison, ni el número #0, que es otra forma de hacer los punto uno de la Marvel.
Este número nos presenta a Bruce Wayne como el hijo predilecto de Gotham City, generoso en sus donaciones, en la víspera de la inauguración de un recinto homenajeado con el nombre de su madre, Martha. Nos plantea también que otro descendiente de las familias de alcurnia de la ciudad, envidia el status alcanzado por Wayne, nada menos que Oswald Cobblepot, mas conocido como el Pingüino. Oswald desea ser amado y recordado por la que considera su ciudad, y no temido.
Para ello debe sacar del medio a Wayne, y que mejor solución que contratar a una cuadrilla de asesinos a sueldo para matarlo, y orquestar una serie de robos menores de tal forma de tener a Batman ocupado recorriendo la ciudad, lejos de la escena del crimen que ha orquestado.
Planteado así, ¿les suena tonta la historia?, pues a mi bastante. Más aún, viendo como Batman deduce todo el engaño a partir del segundo robo, extrapolando una falla conocida de un sistema de alarmas. Más tonto aún, si Cobblepot aprovecha la ausencia de Wayne de la ceremonia de inauguración para sobornar al albacea de la fundación, dejar el recinto a nombre de su madre, para luego estimar que ya no es necesario matar a Wayne. ¿No habría sido más fácil sobornar en primera instancia, considerando que Cobblepot es un hombre de recursos? Me parece que el Pingüino ya no es aquel que el propio Batman en su momento lo definió superior en intelecto, pero limitado por sus manías.
Solo me pareció interesante en este número, la forma de narrar a través de flashbacks (bien lograda), y el rol del mano derecha de Cobblepot, en quién se centra la historia back-up de este número que termina por cerrar lo que se cuenta en los flashbacks. Creo que un punto de vista más interesante habría sido plantear un enfrentamiento de Batman con el Pingüino, como si este fuese un Kingpin de Gotham, pero como lo muestran tan terrenal y dispuesto a ensuciarse las manos fácilmente, no se si esta historia será solo un relleno o un punto de partida para más adelante.
Sobre el dibujo, me recuerda las estatuas de cera que hacía Gulacy, y que si bien es bastante bien acabado, no es lo que prefiero para escenas de acción.
La historia continúa en el número 14, pero dado que el 15 es un tie-in con todo el Bati-verso, mi recomendación es ahorrarse el costo de estos números, y empezar a leer desde el número 16, si es que no sigue en ese número la historia que se desarrolla en el título principal, solo porque me quedó la impresión que Layman puede hacer algo más. Poco relevante.
Calificación:
Escrito por: John Layman
Arte de: Jason Fabok
Coloreado por: Jeromy Cox
Rotulista: Jared K. Fletcher
Portada de: Jason Fabok y Jeromy Cox
Editores: Mike Marts y Harvey Richards (Asistente).
Editorial: DC Comics.
Fecha de Publicación: 3 de Octubre de 2012.
Como un eterno enamorado, vuelvo cada cierto tiempo a leer algún titulo del otrora detective, Batman. Aprovechando que este número no estaba para nada vinculado a la pelea de búhos y murciélagos que me pareció sobrevalorada, decidí darle una nueva oportunidad al personaje. No he leído nada de lo que hizo el delfín de Morrison, ni el número #0, que es otra forma de hacer los punto uno de la Marvel.
Este número nos presenta a Bruce Wayne como el hijo predilecto de Gotham City, generoso en sus donaciones, en la víspera de la inauguración de un recinto homenajeado con el nombre de su madre, Martha. Nos plantea también que otro descendiente de las familias de alcurnia de la ciudad, envidia el status alcanzado por Wayne, nada menos que Oswald Cobblepot, mas conocido como el Pingüino. Oswald desea ser amado y recordado por la que considera su ciudad, y no temido.
Para ello debe sacar del medio a Wayne, y que mejor solución que contratar a una cuadrilla de asesinos a sueldo para matarlo, y orquestar una serie de robos menores de tal forma de tener a Batman ocupado recorriendo la ciudad, lejos de la escena del crimen que ha orquestado.
Planteado así, ¿les suena tonta la historia?, pues a mi bastante. Más aún, viendo como Batman deduce todo el engaño a partir del segundo robo, extrapolando una falla conocida de un sistema de alarmas. Más tonto aún, si Cobblepot aprovecha la ausencia de Wayne de la ceremonia de inauguración para sobornar al albacea de la fundación, dejar el recinto a nombre de su madre, para luego estimar que ya no es necesario matar a Wayne. ¿No habría sido más fácil sobornar en primera instancia, considerando que Cobblepot es un hombre de recursos? Me parece que el Pingüino ya no es aquel que el propio Batman en su momento lo definió superior en intelecto, pero limitado por sus manías.
Solo me pareció interesante en este número, la forma de narrar a través de flashbacks (bien lograda), y el rol del mano derecha de Cobblepot, en quién se centra la historia back-up de este número que termina por cerrar lo que se cuenta en los flashbacks. Creo que un punto de vista más interesante habría sido plantear un enfrentamiento de Batman con el Pingüino, como si este fuese un Kingpin de Gotham, pero como lo muestran tan terrenal y dispuesto a ensuciarse las manos fácilmente, no se si esta historia será solo un relleno o un punto de partida para más adelante.
Sobre el dibujo, me recuerda las estatuas de cera que hacía Gulacy, y que si bien es bastante bien acabado, no es lo que prefiero para escenas de acción.
La historia continúa en el número 14, pero dado que el 15 es un tie-in con todo el Bati-verso, mi recomendación es ahorrarse el costo de estos números, y empezar a leer desde el número 16, si es que no sigue en ese número la historia que se desarrolla en el título principal, solo porque me quedó la impresión que Layman puede hacer algo más. Poco relevante.
Calificación:
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pues en cuestión de Equipo creativo, pues se esperaba algo mejor, pero bueno tuvo mejor el backup en cierto modo, y el nuevo look del penguin no fue el mejor en mi opinion le daria un seis y medio por intencion
ResponderBorrarCreo que fue bastante convencional y poco ambiciosa la historia cuando se trata de un número en el que te presentas como nuevo equipo creativo. Se me hicieron algo aburridas las explicaciones de Batman, pero el dibujo de Fabok no me desagradó tanto como el de Finch.
ResponderBorrarTambién encontré idiota el giro argumental del soborno, pero estoy medio dispuesto a atribuírselo a un carácter algo explosivo de parte del Pingüino, habrá que ver cómo cierra la historia.